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Análisis de los factores condicionantes del uso del suelo en la región oriental de Tabasco

Isaac Márquez, Ricardo | De Jong, Bernardus Hendricus Jozeph [autor/a] | Ochoa Gaona, Susana [autor/a] | Hernández Daumás, Salvador [autor/a].
Tipo de material: Capítulo de libro Capítulo de libroTema(s): Cambio de uso de la tierra | Deforestación | Ganadería | Degradación ambiental | PobrezaDescriptor(es) geográficos: Balancán (Tabasco, México) | Tenosique (Tabasco, México) Nota de acceso: Disponible para usuarios de ECOSUR con su clave de acceso En: Antología de estudios territoriales. Fomento de los estudios territoriales en Iberoamérica: estudios territoriales / Niño N., Sampedro M., Rueda R., Colina A., (coords.). La Habana, Cuba : Editora GEOTECH, 2009. páginas 107-125. --ISBN: 9789597167174Número de sistema: 32814Resumen:
Español

La deforestación en las zonas tropicales ha sido el cambio de uso del suelo más estudiado en las últimas décadas (FA0, 2001: 58), debido a la alta biodiversidad que caracteriza a los bosques tropicales y al papel clave que desempeñan dentro del cambio climático mundial (IPCC, 2000: 72). Se estima que cerca de la mitad de la superficie total original de los bosques tropicales se han perdido (NRC, 1993: 75), en un proceso que se agudizó durante las últimas tres décadas (FAO, 2001: 62). La conversión de la cubierta forestal tropical a coberturas de carácter antropogénico alcanzó 14.2 millones de hectáreas anuales durante el periodo de 1990 a 2000, con una tasa anual de pérdida de 1% (FAO, 2001). Para la presente la presente década FAO (2007) reporta una deforestación para todos los tipos de bosque de alrededor de 13 millones de hectáreas anuales. América Latina y África constituyen las regiones con las mayores pérdidas de bosque en el mundo, registrando tasas cercanas al 0.5% anual durante el periodo de 2000 a 2005 (FAO, 2007). La deforestación de los bosques tropicales ha desencadenado procesos de degradación, desertificación y alteración de los ciclos hidrológicos entre otros, que a escala local y regional han disminuido la capacidad productiva de los ecosistemas para satisfacer los requerimientos humanos (Turner II et al. 1995). A escala global, el cambio en el uso del suelo se ha traducido en pérdida generalizada de la biodiversidad y ha contribuido de manera significativa al cambio climático mundial así como al calentamiento global del planeta (IPCC, 2000). México se encuentra entre los países con mayor deforestación a nivel mundial y la tasa anual de deforestación que ocurre en su porción tropical es de una magnitud varias veces mayor que la registrada en su zona templada (Cairns et al. 1995).

El Inventario Nacional Forestal 2000 estimó para el periodo de 1976 a 2000 una tasa de deforestación a nivel nacional de 0.25% mientras que para el trópico esta se elevó a 0.76% (Velázquez et al. 2002). Sin embargo, los estudios regionales han registrado tasas que se ubican en un intervalo de 4.3% a 12.4% anuales (Barton et al. 2004). La constante pérdida de superficie forestal en México es motivo de preocupación internacional (FAO, 2007). Los bosques tropicales del sureste de México junto con el Petén de Guatemala conforman, después de la Amazonia, la frontera de bosque tropical más extensa de América (Challenger, 1998: 308). En esta zona confluyen iniciativas ligadas a la conservación de la biodiversidad, el desarrollo social y económico así como la promoción del ecoturismo lo que ha dado lugar a conflictos de intereses entre los diferentes agentes involucrados en el uso del suelo (Primack et al. 1998). Los municipios de Balancán y Tenosique ubicados en la región oriental del estado de Tabasco, colindantes con Guatemala y Campeche, constituyen un caso representativo de los procesos de cambio de uso del suelo que han afectado al trópico de México (Casco, 1980; Tudela, 1989). A partir de los años setenta la zona ocupada por estos dos municipios ha registrado cambios rápidos y significativos en la cobertura del suelo debido a la aplicación de políticas que han promovido la deforestación, los asentamientos humanos, la modernización agrícola, la ganadería extensiva y la expansión de la infraestructura.

Como resultado el paisaje ha sido modificado significativamente predominando los pastizales, las áreas agrícolas y la vegetación secundaria. Sin embargo, persisten significativos remanentes forestales que forman parte de una de las regiones prioritarias más importantes para la conservación en México (RTP No. 138, Arriaga et al. 2000), y que se encuentran amenazadas por la deforestación relacionada con las actividades agropecuarias, proceso que puede extenderse a las áreas selváticas de Chiapas y Guatemala. Se trata de una región con características demográficas y socioeconómicas particulares que le confiere su condición fronteriza y cuyos índices de bienestar han sido de los más bajos de Tabasco en materia de salud, educación y vivienda. La coyuntura impuesta por la crisis de rentabilidad de la ganadería bovina en México como consecuencia de las políticas de ajuste estructural y de la apertura comercial del país, ha impactado significativamente el contexto socioeconómico del oriente de Tabasco en virtud de su especialización productiva en la ganadería extensiva. Esto ha conformado un marco favorable para cambios futuros de uso del suelo en el corto y mediano plazo. A partir del estudio de los patrones de cambio de uso y cobertura del suelo registrados en el oriente de Tabasco de 1984 a 2003, se analizan los principales factores que han motivado el cambio de uso del suelo a escala regional y de sus posibles implicaciones para definir el uso futuro a corto y mediano plazo, particularmente con relación a la conservación del bosque y los costos ambientales y sociales derivados de la deforestación.

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La deforestación en las zonas tropicales ha sido el cambio de uso del suelo más estudiado en las últimas décadas (FA0, 2001: 58), debido a la alta biodiversidad que caracteriza a los bosques tropicales y al papel clave que desempeñan dentro del cambio climático mundial (IPCC, 2000: 72). Se estima que cerca de la mitad de la superficie total original de los bosques tropicales se han perdido (NRC, 1993: 75), en un proceso que se agudizó durante las últimas tres décadas (FAO, 2001: 62). La conversión de la cubierta forestal tropical a coberturas de carácter antropogénico alcanzó 14.2 millones de hectáreas anuales durante el periodo de 1990 a 2000, con una tasa anual de pérdida de 1% (FAO, 2001). Para la presente la presente década FAO (2007) reporta una deforestación para todos los tipos de bosque de alrededor de 13 millones de hectáreas anuales. América Latina y África constituyen las regiones con las mayores pérdidas de bosque en el mundo, registrando tasas cercanas al 0.5% anual durante el periodo de 2000 a 2005 (FAO, 2007). La deforestación de los bosques tropicales ha desencadenado procesos de degradación, desertificación y alteración de los ciclos hidrológicos entre otros, que a escala local y regional han disminuido la capacidad productiva de los ecosistemas para satisfacer los requerimientos humanos (Turner II et al. 1995). A escala global, el cambio en el uso del suelo se ha traducido en pérdida generalizada de la biodiversidad y ha contribuido de manera significativa al cambio climático mundial así como al calentamiento global del planeta (IPCC, 2000). México se encuentra entre los países con mayor deforestación a nivel mundial y la tasa anual de deforestación que ocurre en su porción tropical es de una magnitud varias veces mayor que la registrada en su zona templada (Cairns et al. 1995). spa

El Inventario Nacional Forestal 2000 estimó para el periodo de 1976 a 2000 una tasa de deforestación a nivel nacional de 0.25% mientras que para el trópico esta se elevó a 0.76% (Velázquez et al. 2002). Sin embargo, los estudios regionales han registrado tasas que se ubican en un intervalo de 4.3% a 12.4% anuales (Barton et al. 2004). La constante pérdida de superficie forestal en México es motivo de preocupación internacional (FAO, 2007). Los bosques tropicales del sureste de México junto con el Petén de Guatemala conforman, después de la Amazonia, la frontera de bosque tropical más extensa de América (Challenger, 1998: 308). En esta zona confluyen iniciativas ligadas a la conservación de la biodiversidad, el desarrollo social y económico así como la promoción del ecoturismo lo que ha dado lugar a conflictos de intereses entre los diferentes agentes involucrados en el uso del suelo (Primack et al. 1998). Los municipios de Balancán y Tenosique ubicados en la región oriental del estado de Tabasco, colindantes con Guatemala y Campeche, constituyen un caso representativo de los procesos de cambio de uso del suelo que han afectado al trópico de México (Casco, 1980; Tudela, 1989). A partir de los años setenta la zona ocupada por estos dos municipios ha registrado cambios rápidos y significativos en la cobertura del suelo debido a la aplicación de políticas que han promovido la deforestación, los asentamientos humanos, la modernización agrícola, la ganadería extensiva y la expansión de la infraestructura. spa

Como resultado el paisaje ha sido modificado significativamente predominando los pastizales, las áreas agrícolas y la vegetación secundaria. Sin embargo, persisten significativos remanentes forestales que forman parte de una de las regiones prioritarias más importantes para la conservación en México (RTP No. 138, Arriaga et al. 2000), y que se encuentran amenazadas por la deforestación relacionada con las actividades agropecuarias, proceso que puede extenderse a las áreas selváticas de Chiapas y Guatemala. Se trata de una región con características demográficas y socioeconómicas particulares que le confiere su condición fronteriza y cuyos índices de bienestar han sido de los más bajos de Tabasco en materia de salud, educación y vivienda. La coyuntura impuesta por la crisis de rentabilidad de la ganadería bovina en México como consecuencia de las políticas de ajuste estructural y de la apertura comercial del país, ha impactado significativamente el contexto socioeconómico del oriente de Tabasco en virtud de su especialización productiva en la ganadería extensiva. Esto ha conformado un marco favorable para cambios futuros de uso del suelo en el corto y mediano plazo. A partir del estudio de los patrones de cambio de uso y cobertura del suelo registrados en el oriente de Tabasco de 1984 a 2003, se analizan los principales factores que han motivado el cambio de uso del suelo a escala regional y de sus posibles implicaciones para definir el uso futuro a corto y mediano plazo, particularmente con relación a la conservación del bosque y los costos ambientales y sociales derivados de la deforestación. spa

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