El 4 de noviembre, la biblioteca de la Unidad San Cristóbal, aun con papel picado y flores de muerto en su sala principal, recibió al grupo de siempre y algunas personas más para escuchar y debatir con nuestro invitado especial, Armando Michaus, promotor de lectura con amplia experiencia, ya conocido en estos rumbos por haber dirigido hace unos años el círculo de lectura.
Disfrutando de cafecito, pan, fruta y tamales, escuchamos la propuesta con la que Armando inició: cuando leemos literatura con placer, se abren nuestros sentidos y surge una mirada oblicua que potencia nuestra imaginación en el trabajo académico. Para explicar mejor la idea, nos mostró algunas imágenes en dos o tres dimensiones que precisamente provocan esa apertura sensorial.
La plática inició con la presentación de la conversación entre Neo y Morfeo, protagonistas de la película Matrix, en la cual Morfeo le da a elegir entre la píldora azul y la roja, entre permanecer en la ignorancia o conocer el mundo real. A manera de ejemplos, fuimos escuchando recomendaciones de algunas novelas, cuentos y ensayos literarios de Rosa Montero, Luis Sepúlveda, Italo Calvino, Alessandro Baricco, Irene Vallejo y Jorge Volpi.
Las personas asistentes se pasaron de la hora establecida discutiendo con entusiasmo sobre los temas puestos sobre la mesa por Armando, quien en algún momento rescató el aforismo de Ludwig Wittgenstein, “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”, para insistir en que la lectura nos amplía el universo cognitivo y sensorial. La plática culminó con un debate acerca de la escritura en el terreno científico y divulgativo, los problemas en ese aspecto tan frecuentes entre el personal académico y estudiantil, y la necesidad de darse tiempo de hacer lectura por placer para enriquecer este quehacer. Armando nos decía: “como escribo, píenso”, si mi escritura es desordenada, confusa, sin puntuación adecuada, sin acentos, refleja un pensamiento desordenado y poco claro. Por el contrario, una escritura clara y ordenada refleja un pensamiento ordenado.
Rescato dos comentarios que se hicieron al final y después de la charla:
“Te agradezco, Armando, me dejas con una serie de reflexiones que pienso poner en práctica” (Trini)
“Salí muy animado para volver a leer literatura” (Juan Sántiz)
Y, finalmente, una reflexión de quienes coordinamos las charlas: cuando retomamos la idea de continuar con un nuevo formato el círculo de lectura que durante varios años funcionó en la biblioteca, tuvimos precaución y solo programamos una cada dos meses. Sin embargo, la propuesta fue bien recibida por muchas personas, quienes asisten alegremente cada vez que convocamos. Es tal el éxito que ya tenemos seis candidatas a dar una charla el próximo año. Eso significa que “el show debe seguir”….



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