Los tesauros son una herramienta indispensable en la organización de los documentos: ayudan a describirlos temáticamente. Poco se conoce de su existencia y menos su utilidad. Se podría decir que su uso se atribuye exclusivamente al mundo bibliotecario. Sin embargo, en la actualidad, en donde diversos actores alrededor de la información comparten medios electrónicos de comunicación (los que la producen, los que la difunden, los que la organizan y preservan y los que la usan), a los autores y lectores les ayudaría conocer cómo funcionan para hacer visible y recuperable los documentos de mejor manera.
¿Qué es y para qué sirve el tesauro?
Los tesauros son vocabularios que se construyen a partir del lenguaje especializado, su función es controlar el lenguaje para describir el contenido de los documentos y representarlos sin ambigüedades para su consulta en un catálogo o base de datos bibliográfica, eliminando los problemas de sinonimia, antonimia, homonimia y polisemia que surgen en el lenguaje natural. Los términos en un tesauro se ordenan alfabéticamente, por tema o categoría, por jerarquía y por sus relaciones semánticas, esto nos permite seleccionar el término más adecuado para describir el contenido de un documento.
¿Cómo puede ayudar a lectores y autores el uso del tesauro?
Más allá de servir como herramientas para la organización de la información, los tesauros han llegado a ser recursos para seleccionar terminología más adecuada y precisa en la búsqueda de bibliografía.
Existe una gran variedad de tesauros desarrollados por organizaciones internacionales o nacionales, universidades o centros de investigación, la mayoría de libre acceso. Hay multidisciplinarios como el UNESCO Thesaurus; otros especializados como el Tesauro de la OIT, Tesauro y Glosario de la National Agricultural Library (NAL), Tesauro del Education Resources Information Center (ERIC) o el Tesauro de Género publicado por el Instituto Nacional de las Mujeres. Existen tesauros que no son visibles pero permiten a los usuarios navegar por los documentos y filtrar mediante los temas o descriptores como es el caso del Tesauro del Catálogo del SIBE; en algunos casos aparecen como una herramienta para iniciar la búsqueda en la plataforma de la biblioteca o base de datos a la que están asociados, por ejemplo CAB Thesaurus o el Tesauro del Portal Regional de la Biblioteca Virtual en Salud.
Los tesauros pueden ser usados en otros ámbitos. Editoriales de revistas científicas recomiendan a los autores utilizarlos para seleccionar las palabras clave de sus artículos, por ejemplo, el Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas remiten a sus autores a la consulta de los Medical Subject Headings (MeSH) o a los Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS) que aparecen en la Biblioteca Virtual en Salud. También se sugieren para la selección de palabras clave que los sistemas de evaluación de la productividad piden a los investigadores-autores, y evitar proponer términos muy generales o poco precisos. En concreto, a los autores les sirve para visibilizar su producción.
Inducción al uso de tesauros en el SIBE
En el Programa de Formación de Usuarios, así también en el de Competencias Informativas del SIBE, se ha venido entrenado a los asistentes para conocer y aprender a usar los tesauros. Se induce a estos a formular su necesidades de información mediante la elaboración de un mapa mental y en un segundo paso traducen los temas identificados a términos controlados y estructurados por tesauros especializados. El resultado es muy alentador, ya que aprenden a navegar con más soltura en el laberinto de la información, pierden menos tiempo y obtienen mejores resultados en sus búsquedas.
El tesauro del SIBE
El SIBE ha construido su propio tesauro desde hace 25 años. La metodología ha partido de validar los términos con fuentes especializadas ya sean tesauros temáticos o multidisciplinarios, enciclopedias, artículos o sitios web científicos, incluso con los propios expertos de ECOSUR. Al día de hoy se cuenta con casi veinte mil descriptores validados y relacionados con la variedad de formas en que se pueden nombrar por el lenguaje natural y especializado: aproximadamente 10 mil temáticos, 6 mil geográficos, 2 mil nombres de autores y 300 corporativos. Los descriptores y sus diversas variantes interaccionan con el catálogo permitiendo a los usuarios localizar la información de manera más exacta.
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