El pasado viernes 12 de abril, como parte de los festejos de los 50 años de la UNACH, el SIBE-SCLC fue invitado a participar en un conversatorio para recuperar la experiencia de la red de bibliotecas académicas de San Cristóbal. Fue un evento emotivo, ameno y de reencuentro. A pesar de que el préstamo interbibliotecario y el canje y donación están activos, especialmente el primero, teníamos 12 años de no reunirnos. Ante un público de bibliotecarios y académicos de la UNACH cada participante compartió su experiencia, identificó los logros y hablamos de la importancia de la cooperación bibliotecaria. Se rememoró la fecha (año 2000), cuando CIESAS, ECOSUR e IEI convocaron a otras bibliotecas para fundar la red con el objetivo de encontrar los mecanismos que permitieran compartir recursos, conocimientos y experiencias. Se hizo un recuento de las actividades de capacitación de los primeros años, tales como: los talleres de organización de la información, el seminario de cooperación bibliotecaria hasta los talleres de Acceso abierto, Derechos de autor y Dspace, entre muchos más Se recordaron los proyectos como el de creación del sistema para la prevención de desastres, el de repositorios que sentó las bases para la creación de los repositorios institucionales de ECOSUR y CESMECA, y nuestra participación en la Red de Posgrados de San Cristóbal con el curso de Estrategias de acceso a la información. La proyección externa a través del Foro Bibliotecario Mesoamericano en 2001, en el que se presentó la experiencia de la red, y la ponencia presentada en la XIII Reunión de Bibliotecarios de la Península, en septiembre de 2006.
Al finalizar el conversatorio, concluimos que ninguna biblioteca cuenta con todos los recursos que necesita y ningún presupuesto es suficiente para adquirir todos los recursos informativos. Por ello es necesario trabajar juntos/as, unir esfuerzos, conocimientos y experiencias, para satisfacer plenamente las necesidades de información de la comunidad usuaria de la región, proveer más y mejores servicios, compartir recursos y servicios, minimizando costos.
El éxito de estos primeros años se basó en la planeación y el liderazgo, con objetivos y metas claros, programas concretos, compromiso, voluntad y actitud de colaboración de cada biblioteca participante, confianza mutua, reciprocidad y perseverancia, así como en haber tenido el apoyo del personal directivo.
Sin duda, el préstamo interbibliotecario se mantiene activo y fluido, apoyando el acceso a la información científica de los estudiantes y académicos de las instituciones participantes. Sin embargo, acordamos reactivar proyectos y actividades de capacitación.
“…en la medida en que nosotros seamos capaces de gestionar la información, en alianzas estratégicas con resultados que puedan compartirse con el resto, construiremos la base de nuevos conocimientos y proyecciones para nuestros pueblos…” (Enrique Suárez Zarabozo, bibliotecario cubano en Foro Mesoamericano, San Cristóbal de Las Casas, 2001).
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